Cuando duele la vesícula. Parte I

Los cálculos biliares son unos depósitos que se forman dentro de este órgano de materias sólidas y que aunque en algunos casos pueden resultar asintomáticos, en otros pueden acarrear serias complicaciones. Cuando duele la vesícula. Parte I

¿Qué son los cálculos biliares?

Aunque en algunas personas los cálculos biliares no plantean demasiados problemas de salud, a medida que van aumentando su tamaño generan complicaciones llegando a obstruir el orificio de la vesícula biliar de salida originando problemas serios. Esta obstrucción puede empezar de una manera gradual que va acompañada de una inflamación de dicha vesícula y terminar en una obstrucción total con inflamación aguda de ésta lo que exigirá una intervención quirúrgica.

Son dos los tipos de cálculos biliares existentes: los compuestos de colesterol siendo éstos los más frecuentes y cuyo tratamiento no requiere de una intervención quirúrgica y los compuestos de bilirrubina que están mayormente constituidos por sales cálcicas de los pigmentos biliares y de otra serie de compuestos.

Factores de riesgo

A partir de los cuarenta años de edad casi un 20% de las personas adultas pueden sufrirlo y un ·30% en caso de personas mayores de setenta años.

Las mujeres cuando están embarazadas o usan anticonceptivos de tipo oral o una terapia hormonal con estrógenos, así como las personas obesas y las que cuentan con antecedentes familiares, también es más común que padezcan este trastorno, así como cuando se pierde de una manera violenta peso, se padece de diabetes mellitus, de cirrosis hepática o la enfermedad de Crohn.

Síntomas de los cálculos biliares

Fiebre y dolor en la zona superior derecha del abdomen o media como si fuera un calambre que puede irradiarse hasta la espalda o por debajo del omóplato derecho así como una coloración amarillenta en la piel o en los ojos conocida como ictericia e inflamación del hígado, páncreas o de los conductos biliares, náuseas, vómitos o heces de color arcilloso, son los síntomas más comunes de este trastorno.

Cómo tratarlos

Si se presentan unos cálculos biliares que no conlleven dolor son muchas las posibilidades de que éstos no sean un problema demasiado serio, pero si la persona afectada sufre un ataque severo se sugiere una cirugía para extraer la vesícula biliar y prevenir un ataque futuro. Si la vesícula se encuentra inflamada o irritada también será necesario extraerla. En cualquier caso siempre será el médico el que decida el tratamiento necesario.

Los métodos quirúrgicos que se emplean para poder extraer los cálculos biliares y la vesícula son dos, siendo el tratamiento quirúrgico clásico la colecistectomía abierta donde se requiere una incisión en el abdomen y estar internado en el hospital durante dos o tres días para una total recuperación.

La colecistectomía laparoscópica es el tratamiento más novedoso y consiste en resecar la vesícula con una incisión abdominal en el ombligo donde se coloca un laparoscopia por donde el cirujano va observando el procedimiento. El período para recuperarse es mucho menor al no existir una incisión grande en la zona abdominal.