En la primera parte, estuvimos dando algunos casos que nos hacen reflexionar cuando la pareja entra en crisis. Si te sentiste identificada con alguno de ellos o sientes que tu pareja está llegando a su fin, no te pierdas esta segunda parte para reflexionar y decidir cual es el destino de tu relación.
Tu familia lo odia: Cuando dos personas se comprometen, también establecen un lazo con los amigos y la familia del otro. Si tus seres queridos lo odian, antes de pensar que estás en una nueva versión de “Romeo y Julieta”, examiná bien a tu pareja y también analizáte a vos misma. ¿Por qué? Porque sería bueno que te aseguraras primero de lo que sentís por él para descubrir si, en realidad, no te estás aferrando a esa pareja sólo para usarla como un arma contra tu familia, como un simple acto de rebeldía. Habría que pensar qué pasa cuando la relación con la familia aparece como tan enfrentada con una relación de pareja. Se supone que familia y pareja no ocupan el mismo lugar, con lo cual en principio no habría razón para que sean incompatibles. Si tu familia odia a tu pareja, debería haber antecedentes de eso: o siempre fueron absorbentes (y en ese caso no deberías tenerlos tan en cuenta), o a lo mejor están captando rasgos de él o maneras de ser de tu relación que consideran dañinas para vos. Y en ese caso, sí deberías poner bajo la lupa a tu pareja.
Admitilo: ¡estás aburrida!: Su idea de pasarlo bien es jugar al fútbol con amigos. Nunca se ríe de tus bromas porque no las entiende y vos nunca te reís de las suyas porque… ¡no hace ninguna!. El sexo es siempre igual y hasta en los mismos días de la semana y horarios, como si siguieran una agenda, y estás cansada de ser la que siempre trae nuevas ideas, adentro y afuera de la habitación. ¿Todavía lo querés? Quizás, sí. Pero si sos justa con él y con vos misma, hacé un esfuerzo por recordar por qué. El amor no es sólo una cuestión de similitudes, las diferencias enriquecen a la pareja, siempre y cuando no sean extremas. Si lo que los separa es más de que lo que los une, entonces habrá que afrontar que vos y él no son tan compatibles como siempre creíste.
Están viviendo en el pasado: “Sólo quiero que las cosas vuelvan a estar como antes», se lamenta Laura, una cantadora de 30 años. Pero las cosas nunca pueden ser como eran y, además, lo más probable es que jamás hayan sido como nosotros las recordamos, pues siempre se recuerda el pasado en versión idealizada. Uno retiene flashes e imágenes que liga a estados de felicidad que no siempre se corresponden con lo que pasó en la realidad, es decir, es difícil aceptar que nuestro sueño romántico se transformó en un desastre… Pero siempre es posible construir una vida que, aunque no sea perfecta, sea satisfactoria. ¿Un consejo? Siempre es preferible dejar escapar un (supuesto) sueño antes de que la realidad lo convierta en una pesadilla…
Él te golpea: Cuando la violencia entra a la pareja, lo mejor que podés hacer es desaparecer antes de que te dañen de un modo irreversible. Y si él dice que buscará ayuda, esperá a que solucione el problema a una distancia prudente. El tiempo dirá si modifica o no su actitud. De todos modos, deberías grabarte a fuego esto en la cabeza: la primera vez que te pegan debe ser la última. No le des nunca una segunda oportunidad a un violento. Aunque luego llore y jure que está arrepentido… En fin: si ves las palabras «The End» en tu pantalla mental, ¿qué viene después? quizás lo mejor sea barajar y dar de nuevo: no intentes retomar una rutina igual a la que tenías antes de estar en pareja. Simplemente, disfrutá de la vida de soltera. Que no es lo mismo que la vida en solitario.