Haz tus propias mermeladas

Nada mejor que una mermelada casera para untar una rica tostada en el desayuno o en la merienda. Atrévete a hacerlas tú misma en casa en muy pocos pasos y notarás la diferencia. Haz tus propias mermeladas

Mermelada de limón

Para preparar esta sabrosa mermelada necesitaremos por cada kilo de limones ya pelados un kilo de azúcar.

Primeramente lavamos los limones bajo un chorro de agua y los secamos. Los pelamos desechando la piel blanca que los recubre, los cortamos en rodajas muy finas y retiramos las semillas Ponemos las rodajas de limón a macerar en un cuenco cubiertas con un poco de agua durante 24 horas.

Cuando haya pasad este tiempo, ponemos la fruta ya escurrida en una cacerola de acero inoxidable o esmaltada, agregando, por cada kilo de fruta pelada, medio litro de agua. Los dejamos cocer, sin dejar de remover en ningún momento, retirando la espuma resultante que se forma en la superficie, hasta que la pulpa de limón se haya transformado en un puré y el agua se haya evaporado completamente.

Mientras tanto en otra cacerola, disolvemos el azúcar en el agua, mezclando dos vasos y medio de agua por cada kilo de azúcar. Ponemos al fuego mínimo y mezclamos bien hasta que se forme un espeso jarabe que verteremos sobre los limones.

Volemos a retomar la cocción, sin dejar de remover y retirando igualmente la espuma de la superficie. Cuando todo el preparado comienza a espesarse, hacemos la prueba de la gota, consistente en echar una gota del preparado en un plato y si se solidifica rápidamente, sin deslizarse en un plato inclinado, es que la mermelada está lista.

Retiramos el recipiente del fuego y distribuimos la mermelada en tarros. Para cerrarlos podemos escoger entres poner un disco de papel empapado en alcohol para licores en la superficie o terminar de rellenar los tarros con una capa de parafina, derretida a fuego lento, dejando que se solidifique sobre la mermelada. Cerramos entonces los recipientes, los etiquetamos y los guardamos en un lugar fresco y oscuro.

Mermelada de fresas

Por cada kilo de fresas pesadas sin el rabillo, utilizaremos 750 gramos de azúcar y el zumo de un limón.

En primer lugar lavamos con mucho cuidado las fresas enteras, con los rabillos sin quitar, y las extendemos sobre un paño para que se sequen bien. Entonces quitamos los rabillos. Las vertemos en una cacerola con el azúcar y el zumo del limón y las tapamos para que maceren durante 12 horas. Pasado este tiempo las cocemos a fuego lento, aplastándola con una cuchara de madera hasta que estén completamente deshechas.

Tamizamos el preparado, recogiéndolo en un cuenco. Volvemos a ponerlo una vez más en la cacerola y lo hervimos a fuego lento hasta que espese. Durante la cocción removemos a menudo quitando la espuma que se va formando en la superficie.

Calentamos en agua hirviendo los tarros y vertimos en ellos la mermelada, dejando que se enfríe completamente. Tapamos los tarros y con una película de plástico que podemos sujetar con una goma y pinchamos 5 ó 6 veces con una aguja o con un palillo.