Pensarás que en el título hay un error, los pecados no son sexuales, son capitales, ¿no es cierto?. Es que sí, tienes razón, pero hoy nos vamos a referir en exclusivo a lo sexual, a lo carnal, pero por el lado de los pecados capitales, los cuales nos irán guiando para que sea más divertido.
«Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana caída está principalmente inclinada. Estos son enumerados por Santo Tomás (I-II:84:4) como siete: vanagloria (orgullo), avaricia, glotonería, lujuria, pereza,
envidia, ira. El término «capital» no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados». Esta es una definición que he encontrado sobre los Pecados Capitales, y como bien verán comparte algunas cosas con el sexo, como por ejemplo que podría llegar a ser un vicio, o que tiene que ver con la naturaleza humana (espero que no caída).
Veamos, como atacan al sexo estos pecados, y como podemos hacernos dueñas de los mismos.
Avaricia La avaricia es condenable porque quita a otros lo que les corresponde, y mientras unos tienen mucho, otros poquitos. Pero tú debés ser de las que tienen mucho. Si eres de las que convives con el pensamiento de satisfacerlo sólo a él, esta es tu opotunidad. Es el momento en el que TÚ eres la que ordena, si deseas más juegos previos, pídelo. Y otra cosita, quítate los prejuicios y el miedo de encima a la hora de encontrarte con tu amorcito y pedir, pedir y pedir. Si bien, esta comprobado que el hombre necesita más sexo, justífiquemoslo con que a ellos sin embargo también les apasiona que seamos las que llevamos el mando.
Lujuria Este pecado es considerado como el que incluye pensamientos o deseos obsesivos de la naturaleza sexual. Por lo que debes hacerte cargo de ellos inmediatamente. Abúsate de ese derecho y al despertar lo que imagines sin control, hazlo realidad. Premítete seducir, permítete cumplir tus fantasías. Apuesto a que tu amorcito le caerá muy bien tu perfil lujurioso.
Ira La ira podría ser un sentimineto desordenado, descontrolado, de odio o enojo. Por esto mismo es que cuando nos peleamos con nuestra pareja, la reconciliación es…increiblemente pasional! Es por ello que después de una pelea, en la reconciliación puedes hacer el amor de una maner fresca, pero aquí es el momento de poder crear energía, al mismo tiempo que esquivas a la rutina y el aburrimiento.
Soberbia Es considerado el más original y serio de los Pecados Capitales. Es un deseo atractivo, es amor por uno mismo pervertido al odio y desprecio. Imaginemos ser una mujer que camina con la seguridad de ser hermosa por medio del shopping, simplemente por el hecho de que se lo han decretado así, y lo mejor es que seguridad te acaba de contagiar. Creéme que no sirve de nada, que estemos desconformes con nuestro cuerpo, y lo sabemos pero sin embargo nuestros complejos no hacen más que dejarnos hablar todo el tiempo de ellos. Pero sin ir más lejos, al llegar el período en el que cualquier hombre comienza a engordar y a quedarse calvo, tampoco se los oye quejarse. Entonces, deberíamos comportarnos al igual que ellos, ¿no lo crees? Claro que no, mejor aún! Debemos ser Diosas del amor, lo cual es una forma de respeto hacia tí misma, y por cierto resultará un gran afrodisíaco. Acepta y admira las curvas de tu cuerpo; tu hombre lo hará también.
Envidia Epa! Relacionados con los celos. Pero no desesperéis que no es necesario un tercero mujer. Sabemos perfectamente que este pecado prevalece en nosotras (casi) todo el tiempo, sea sana o no. Pero esta vez aprovechándonos de contar con tanta en nuestras venas, debemos saber mirar alrededor, y al encontrar una pareja o una amiga, simplemente, que despida esa energía sexual por su pareja. Y aquí llega el momento en que debes convertirla en fuente de inspiración! Observa esa o pareja que parece tener una vida sexual maravillosa y busca los elementos para también revivir tu pasión.
Gula Siempre relacionado con la comida, Ayyy!! mi Dios!! ¿Quién no soñó alguna vez con la frutillita, o con el helado en la cama? Esta influirá en tí a la hora de deleitarte y satisfacerte. Es decir, si es necesario repetir una, dos, tres o las veces que sea necesarias, hazlo! La gula, aquí, sería el afán por probar más allá. Si en tu cabecita prevalece la idea de que la mujer sólo llega a un orgasmo, te haz equivocado, y si no quieres que te corrija, pués entonces te desafío!
Pereza Aquí una debe abusarse de la comodidad, de la cama para ser más precisa. Haz de este sitio el más confortable, y date el gusto de permanecer horas y horas en ella, pero porqué no, con la buena compañía de tu amorcito. Sí, siempre has querido ser de esas mujeres que cuentan con el tiempo de quedarse en la cama desperezándose, o siemplemente mimandose con sus amores, pero no te quedes atrás. Debe aprender algunos valores en estos momentos, como, el principal, primero esta mimar a tu amorcito y luego lavar los platos. ¡Abúsate de la pereza mujer!