Practica Aquagym

El agua tonifica y relaja por lo que la práctica de ejercicios dentro de ella está más que recomendada. Si quieres disfrutar de sus beneficios incluso durante los meses de invierno, no lo dudes más y apúntate a una piscina cubierta donde podrás practicar algunos ejercicios de aquagym para hacer desaparecer esos kilos de más. Practica Aquagym

Caminata

Empezaremos calentando y para ello se debe caminar o trotar a ritmo suave. En el trote realizaremos movimientos rítmicos hacia arriba y hacia abajo con las rodillas flexionadas. En la caminata las rodillas deben flexionarse menos y se va avanzando con la punta de los pies.

Caminaremos con zancadas grandes alrededor de la piscina flexionando el brazo hacia atrás y luego hacia adelante totalmente, haciendo un movimiento de brazo y de pierna invertido. Se debe caminar así durante unos diez minutos.

Con este ejercicio trabajamos los cuádriceps, los glúteos mayores, los deltoides, los isquiotibiales, los aductores de cadera y el dorsal ancho.

Abdominales

Nos sujetamos al borde de la piscina o a su barra, con las palmas de nuestras manos hacia afuera y pegamos toda la espalda en la pared. Flexionamos las rodillas juntas y apoyamos los pies en la pared. Elevamos las rodillas en dirección al pecho con las puntas de los pies hacia abajo.

Una vez tengamos las piernas elevadas las vamos estirando lentamente en paralelo al suelo de la piscina. Es importante que en ningún momento se separe la espalda de la pared de la piscina. Se recupera la posición del principio y se repite. Hay que hacer tres series de doce repeticiones.

Con este ejercicio conseguimos trabajar los aductores de cadera, los flexores de cadera, los abdominales oblicuos y los glúteos mayores entre otros.

Movimiento de brazos enérgicos

Para hacer este ejercicio necesitamos unas muñequeras adhesivas con peso o unos guantes de flotación.

Pegamos la espalda en la pared y extendemos los brazos hacia el frente. Empinamos las puntas de los pies y mantenemos la espalda bien recta en todo momento.

Estiramos los brazos y los movemos hacia arriba y hacia debajo de una manera lo más enérgica posible, alternando el movimiento de un brazo y de otro.

Realizamos este ejercicio durante dos minutos, descansamos otros treinta segundos y repetimos hasta que completemos tres o cuatro series, según sea nuestro acondicionamiento físico.

En este ejercicio trabajamos los deltoides, los dorsales y fortalecemos los pectorales.

Deslizamiento de brazos a los lados

Necesitamos un soporte donde poder sentarnos en el que apoyaremos la cara posterior de nuestros muslos y flexionamos las piernas haciendo un ángulo de 90 grados, con la espalda bien recta y los dedos apuntando hacia el fondo de la piscina.

Extendemos los brazos hacia el frente y juntamos las palmas de las manos. Abrimos y cerramos los brazos de una forma enérgica, pero manteniendo siempre el mismo ritmo.

No debemos permitir que se abran las rodillas y debemos realizar este ejercicio durante dos minutos, descansar durante treinta segundo y repetir de nuevo hasta hacer tres o cuatro series.

En este caso se trabajan los pectorales, el trapecio, los dorsales anchos, los deltoides y los romboides.