Es una receta muy fácil de hacer y, sin embargo, se trata de un postre sabroso y de aspecto muy atractivo, por lo que resulta totalmente adecuado también para cuando tengas invitados. Ingredientes: 1 bote de leche condensada de los grandes, leche normal, un tarro de queso fresco (tipo Philadelphia), 200 grs. de fruta del bosque (puedes emplear de la que venden congelada), 4 huevos, 1 sobre de “maizena”, 100 grs. de azúcar, mantequilla, harina y 2 hojas de gelatina.
Vierte en un recipiente grande la leche condensada. A continuación echa también la leche normal usando como medida el bote de la condensada, ya que tiene que haber la misma cantidad. Pon también el queso fresco y mezcla todo bien.
Añade el sobre de maizena, así como los huevos, y bate todo.
Unta un molde que pueda ir al horno con un poco de mantequilla, espolvoreando con harina para que no se pegue, y vuelca la mezcla en él.
Precalienta el horno durante 10 minutos a 180º y, pasado este tiempo, introduce en él el molde, dejando hornear, a la misma temperatura, hasta que cuaje. El tiempo varía dependiendo del horno y otras circunstancias, por lo que deberás vigilarlo, clavando un palillo, teniendo en cuenta que el tiempo oscilará en torno a los 45 minutos.
Mientras tanto, haz un almíbar con el azúcar y 100 grs. de agua, y echa en él las frutas del bosque. Deja que cuezan un par de minutos y aparta del fuego.
Cuando el pudin esté frío, sácalo del molde y le pones por encima las frutas del bosque y las hojas de gelatina, que previamente habrás hidratado en agua.