Quien más o quien menos durante la época del verano ha bajado la guardia en cuestión de actividades y de deporte llevando desde una vida completamente sedentaria hasta la que se ha mantenido algo activa caminando o nadando un poco. Si volver a recuperar tu ritmo te cuesta algo más de lo normal, apúntate unas ideas para no agobiarte y volver a recuperarlo.
Vete adaptando poco a poco
Lo importante es ir volviendo a recuperar nuestros horarios, nuestro ritmo y nuestra intensidad habitual, poco a poco. Esto quiere decir que si antes de irnos de vacaciones corríamos durante una hora al día, al volver podemos empezar por correr durante unos 30 0 40 minutos al menos durante los primero días hasta que empecemos a recuperarnos de la “depresión postvacacional”.
Mantener una actitud positiva
De nada nos van a servir las quejas y los lamentos al contrario, sólo lograrán empeorar la situación, por lo que es muy importante que adoptemos una actitud positiva ya que con la ayuda de una sonrisa lograremos sobrellevar mucho mejor esos primeros esfuerzos.
Ir aumentando el ritmo de una manera progresiva
Además de acortar la duración de nuestros entrenamientos sobre todo al principio, es necesario que también rebajemos la intensidad de éstos. Si lo normal es que corriéramos antes de las vacaciones por ejemplo a nueve kilómetros por hora, podemos empezar por hacerlo a siete u ocho kilómetros por hora.
Mantener un horario regular en nuestro sueño
Es sabido por casi todo el mundo que es aconsejable dormir unas ocho horas diarias para poder regular correctamente nuestro reloj biológico, por lo que dormir durante este tiempo nos ayudará a recuperar nuestro ritmo perdido.
Llevar una dieta equilibrada
Tomar alimentos que sena ricos en magnesio y en litio como los huevos, los cereales, las verduras, el pescado o los frutos secos entre otros y que contengan vitamina C como las legumbres, el pan integral o la carne de ave, también contribuirá a recuperarnos cuanto antes de nuestras vacaciones.
Es importante no obsesionarse
Después de haber pasado uno o dos meses sin haber practicado ningún ejercicio no podemos pretender recuperar en un día el tiempo que hemos perdido. La obsesión por recuperar nuestra forma nos empujará a marcarnos objetivos que no son reales por lo que el riesgo de abandonar la práctica de cualquier deporte aumentará considerablemente.
Aprende a divertirte
Si volver a nuestro entrenamiento diario se convierte en una cuesta muy empinada, podemos probar por realizar algún tipo de actividad que no realizábamos hasta ahora, por ejemplo una clase de aeroboxing o de baile.
Relájate
Para conseguir liberar toda esa tensión que acumulamos durante el día, es necesario realizar algunos pequeños ejercicios que nos alivien el malestar que viene provocado por malas posturas o por el estrés.
Realízate un buen chequeo
Si acudimos a un gimnasio es aconsejable que bien nuestro entrenador o un especialista del centro, nos realice un examen y nos de una serie de pautas, dependiendo de nuestra forma física, para poder recuperar nuestro ritmo de actividad deportiva habitual sin riesgo de sufrir ningún tipo de lesión.