Riesgo de deshidratación en invierno

Cuando aparece el frío es normal que bebamos menos y que no prestamos atención a los líquidos que vamos perdiendo. Las comidas más copiosas que se consumen en esta época también ayudan a la deshidratación, por lo que es aconsejable ingerir al día entre unos dos litros y dos litros y medio de bebidas ya sea en forma de zumos, de infusiones, de caldos, de agua o de refrescos. Riesgo de deshidratación en invierno

Deshidratación en los meses de frío

Es normal pasar más tiempo en sitios cerrados y movernos menos cuando bajan las temperaturas y como consecuencia de ello la percepción de tener sed es bastante menor durante esta época, aunque igualmente existe riesgo de deshidratarse. La calefacción, las aglomeraciones, las prisas y el uso de prendas más abrigadas pueden favorecer igualmente este proceso.

Para evitar las consecuencias que provoca una deshidratación, los especialistas recomiendan que se consuman líquidos de una manera regular aún sin tener sensación de sed.

Consejos para estar bien hidratadas

Cuando vayamos a pasar un tiempo dentro de un recinto cerrado y que tenga calefacción, se recomienda que nos desprendamos de las prendas que nos abrigan ya que con el sudor se pierde el equilibrio hídrico.

Se debe mantener también un consumo de líquidos regular, puesto que aunque las bajas temperaturas pueden llegar a hacer que no sintamos sed, el organismo puede que no esté correctamente hidratado. Llevar por ejemplo una botella de alguna bebida como un zumo o agua, nos ayudará a recordar que debemos beber cada cierto tiempo pequeñas cantidades.

Se deben ingerir verduras y frutas en nuestra dieta diaria, al menos unas cinco raciones, ya que estos alimentos contienen hídrico que ayuda a mantener una hidratación correcta.

Se recomienda evitar el alcohol ya que por su efecto diurético hace que sea necesario beber mayor cantidad de líquido para poder contrarrestar la deshidratación.

Incluir bebidas distintas nos ayudará a que la ingesta sea la adecuada. Además las infusiones, el agua, los zumos, los refrescos, los caldos, los lácteos, etc. ayudan a beber las cantidades necesarias. El sabor diferente de cada bebida estimula también un mayor consumo de los líquidos. Y es que todas estas bebidas están compuestas fundamentalmente por agua por lo que resultan una opción excelente aunque casi todo el mundo piense, de una manera equivocada, que el gua es la única bebida que nos puede hidratar.

La mitad de las personas no se hidratan de la manera correcta

Según estudios llevados a cabo, casi el 50% de las personas reconoce que bebe menos de cinco vasos de líquidos al día, cantidad que se encuentra muy por debajo de lo aconsejado por los expertos.

Esta insuficiente ingesta explica que casi una cuarta parte de las personas sometidas a estos estudios hayan reconocido que en alguna ocasión han sufrido un episodio de deshidratación, situación que llega a provocar dolores de cabeza, cansancio, malestar general, dificultad de concentración, calambres musculares, aumento del ritmo cardíaco, sensación de nauseas, etc.