Muchas personas piensan que la tempura es originaria de Japón, ya que es muy consumida en dicho país. Sin embargo, esto es erróneo, ya que quienes la introdujeron allí fueron los jesuitas españoles y portugueses que llegaron a aquellas tierras durante los siglos XVI y XVII.
Dichos misioneros tenían sus tiempos de vigilia, durante los cuales solían comer verduras y pescado. Dicho tiempo de vigilia era llamado en latín Ingredientes: Cualquier tipo de hortaliza o verdura, como berenjenas, zanahorias, calabacines, alcachofas, pimientos, zanahoras, puerros, y los que se te ocurran. Para la tempura: 200 grs. de harina, 1 vaso de agua muy fría, 1 yema de huevo, aceite y sal.
Para empezar, lavaremos todas las hortalizas o verduras y las cortaremos en forma de bastoncitos, con una medida que se pueda comer de un bocado.
En un bol ponemos la harina, el agua, la yema de huevo y la sal, y lo batimos bien para que no queden grumos. Guardaremos entonces el bol en el frigorífico para que repose, por lo menos durante media hora.
Pasado este tiempo, o cuando queramos ya cocinarla, ponemos una sartén al fuego con aceite en abundancia. Cuando el aceite esté tan caliente que veamos que humea iremos pasando cada trozo de verdura por la tempura, de uno en uno, y los vamos friendo de tal manera que queden dorados por ambos lados.
Deberemos irlas poniendo en un plato con papel absorbente, para que le quite el exceso de aceite.
Se ha de tomar caliente, y la puedes servir sola o acompañada de algunos cuencos que contengan alguna salsa para que el que quiera pueda mojar cada pieza en la salsa.