Vivir en un monoambiente nos enfrenta con una constante que muchas veces no sabemos cómo resolver: la falta de espacio y cómo optimizarla. El aprovechamiento de un monoambiente dependerá del tamaño del departamento (van desde los 24 m2 a los 40 m2 o más) y de su distribución.
Lo primero que tenemos que resolver es la posible división entre el lugar de dormir y el resto del espacio. Dicha separación dependerá de la luminosidad del ambiente y de cuánto queremos o no esconder.
Para esto lo ideal es crear divisiones virtuales, generando lugares de mayor o menor intimidad sin restar en el ingreso de luz natural. Una buena opción para separar el área de descanso del living-comedor son los muebles huecos en colores claros, como las bibliotecas modulares, o los biombos plegables de materiales naturales o traslúcidos.
En el caso de la cocina -que en general en estos casos se encuentra integrada-, resulta muy útil contar con un desayunador o barra. Esto permite varias cosas: el guardado de banquetas de altura y la posibilidad de usarla como mesa, o si es cerrada hacia la cara del living-comedor permite colocar una heladera bajo mesada, microondas y/o lavarropas, haciendo que la cocina no esté tan expuesta a la vista.
Lo siguiente es contar con un mueble multifunción. Estos muebles se caracterizan, como su nombre lo indica, por habilitar una variedad amplia de usos. Podremos sectorizar su uso, así tendremos en un tramo del mueble el televisor, un reproductor de DVD, un equipo de música o libros, y en otra sección podremos contar con puertas y cajones para el guardado de ropa.
Otras ideas:
Los espejos aumentan la sensación de espacio y crean increíbles efectos decorativos, siendo especialmente útiles en lugares oscuros y pequeños. Si se colocan opuestos o adyacentes a una ventana, añaden luminosidad. Se pueden colocar espejos en las puertas de un armario, otorgándole una doble función.
La iluminación también cumple una función importante porque divide los sectores del ambiente. Es necesario una general, y distribuir otras según el uso que se le vaya a dar. Esta distribución debe pensarse de la siguiente forma: una luz en la zona del comedor, un punto de luz más pequeño para lectura, otro de ambiente, otra para trabajar, etc.