¿Cómo prevenir un dolor cervical?

¿Quién no se ha quejado alguna vez de un dolor en la zona cervical o de una tensión exagerada en el cuello? Las causas de ello pueden ser muy diversas y de distinta naturaleza. Para poder librarnos de la molesta tortícolis existen una serie de claves que podemos llevar a cabo. ¿Cómo prevenir un dolor cervical?

 

¿En qué consiste la tortícolis?

Una postura que resulte perjudicial para nuestras cervicales mientras estamos sentadas, malos hábitos a la hora de dormir o incluso el estrés, pueden llegar a producirnos este molesto dolor en las cervicales conocido también como tortícolis.

Este trastorno es definido como una contracción dolorosa en un músculo o en un grupo muscular en la zona del cuello, lo que da lugar a una inclinación en la propia cabeza o una incapacidad para poder mover el cuello en algunas determinadas direcciones. Los músculos que se encuentran más afectados en este tipo de trastorno son el trapecio y el esternocleidomastoideo.

La tortícolis más frecuente y la más común es la de origen postural aunque también se dan casos en el que el origen es de tipo espasmódico o congénito.

El cuello es la región de la anatomía que une el tronco con la cabeza siendo sus huesos conocidos como las  vértebras cervicales, que consiguen articular todos los movimientos de nuestra cabeza.

Los músculos localizados en esta zona logran acumular mucha tensión con suma facilidad ya que deben mantener constantemente la cabeza erguida y al intervenir en casi la práctica totalidad de los movimientos realizados por la columna y por la espalda, su conveniente relajación y su perfecto estado resultan indispensables para evitar que aparezcan tanto el dolor cervical como la tortícolis.

Diferentes tipos de tortícolis

La tortícolis adquirida aparece como la consecuencia de una inflamación en un músculo del cuello debido a una posición extraña que se ha podido mantener durante las horas de sueño. La ansiedad, los traumatismos, las infecciones víricas o las lesiones de vértebras, también pueden ser la causa de una tortícolis adquirida.

La tortícolis congénita es un tipo de traumatismo en las vértebras, que aparece en el mismo momento del nacimiento debido a una mala posición que se haya mantenido durante la vida intrauterina. También es posible que aparezca a los pocos días del nacimiento provocado por una lesión muscular que se haya producido a la hora del parto.

La tortícolis espasmódica consiste en una serie de espasmos intermitentes y dolorosos del trapecio o de otros músculos del cuello y suele presentarse de una manera tanto progresiva como súbita.

Factores que influyen en la tortícolis

La causa que genera un dolor o una contracción mantenida en esta zona del cuerpo, es la inflamación crónica o aguda de los nervios de las cervicales o del tejido muscular que rodea toda la parte del cuello.  Factores nerviosos, posturales o traumáticos, intervienen de una manera variada y alternativa en el origen de una tortícolis.

Es necesario recordar que existen diversas actividades o trabajos que nos obligan a forzar continuamente la musculatura de nuestro cuello y que pueden dar lugar a que aparezca un dolor cervical o una tortícolis, cuyos síntomas más comunes son una inclinación de la cabeza, una rigidez y tensión muscular o un dolor espontáneo que va aumentando cuando se moviliza la zona.