Pastos, cumbres rocosas,cuevas, bosques y lagos son parte de las joyas que encierra el Parque Nacional de los Picos de Europa, el primero creado en España y que cumple ahora cien años. Este parque se extiende por Asturias, Cantabria y León, aunque es en las tierras asturianas donde todo empezó, siendo el origen Covadonga así como la incursión a estas montañas más clásica y la que lleva hasta los famosos lagos.
Dónde comenzar
Se puede comenzar la ruta en Cangas de Onís, un pueblo donde destacan sus comercios, la iglesia de Santa María, el túmulo funerario que se encuentra en la ermita de San Cruz y especialmente, el puente Romana sobre el río Sella, de estilo medieval y uno de los más fotografiados de Asturias.
La basílica de Covadonga
A unos veinte minutos de este pueblo está la basílica de Covadonga y la popular Cueva Santa, uno de los centros de peregrinación cristiana más importantes de Asturias y ligado a la Reconquista durante el año 722. La basílica fue levantada a final del siglo XIX y se encuentra presidiendo una gran explanada. Merece la pena entrar en su interior y admirar su cripta y la colección de piezas de orfebrería y de arte que se guardan en su museo.
La cueva de la Santina
A escasa distancia de la basílica se encuentra la cueva en la que se rinde culto a la Santina, patrona de Asturias y donde según cuenta la tradición, se resguardaron las tropas de Pelayo antes de empezar la batalla con la que se comenzó la Reconquista. Por eso en este lugar descansan los restos mortales de Pelayo y de su mujer.
Los lagos de Covadonga
Unos veinte kilómetros más arriba por una carretera que se va estrechando y retorciendo según va ascendiendo, se encuentran los lagos de Covadonga. Antes de llegar a ellos, en una curva, se encuentra el mirador de la Reina, donde es posible contemplar unas vistas espectaculares de los Picos de Europa así como de los municipios de Cangas de Onís e incluso del mar Cantábrico durante los días más despejados.
Un poco más arriba hay otra parada obligatoria; el centro de visitantes «Pedro Pidal» que se encuentra ubicado en la estación antigua del tren a vapor que se encargaba de transportar manganeso e hierro desde unas cercanas minas hasta Arriondas. Abre durante la temporada de Semana Santa, en verano y durante los puentes festivos nacionales.
Así se alcanza, por encima de los mil metros de altitud, a los lagos de Covadonga conocidos como Enol y Ercina. De origen glacial, el reflejo de las montañas sobre sus aguas cristalinas, ofrece unas imágenes de auténtica postal. Y para deleitarte con este paisaje, acércate a los miradores del Rey, que se encuentra al final de la pista que recorre la vega de Enol, el del Príncipe, situado junto a la zonao de Buferrera o el de Entrelagos, ubicado entre la morrera que separa los dos.