Son recientes las investigaciones científicas que han llegado a determinar que las personas que toman el sol pueden llegar a manifestar una necesidad cada vez más frecuente de sentir la sensación que los rayos ultravioletas les otorgan. Descubre cuales son las causas de esta adicción tan moderna.
¿Cómo nace esta adicción?
Una de las explicaciones que se ha dado a este tipo de adicción sostiene que desde el punto de vista orgánico, surgen una serie de efectos de liberación de nuestras endorfinas, agentes químicos que se emiten desde nuestro cerebro en el momento de hacer ejercicio y que otorgan una sensación de bienestar. De la misma manera esta sensación se pone de manifiesto cuando nuestro cuerpo se encuentra expuesto a los rayos del sol.
Aunque la mayoría de las personas expuestas a los rayos ultravioletas consiguen experimentar una sensación de vitalidad, de energía e incluso de buen humor, lo cierto es que desconocen que con este acto se puede derivar en una adicción muy peligrosa.
Diversos investigadores han llegado a determinar que una conducta repetitiva a la hora de tomar el sol puede llegar a convertirse en algo adictivo.
Los peligros de tomar el sol en exceso
Existen diversos grupos de personas, sobre todo las mujeres, que llegan a ser muy dependientes del sol y que sufren, como en toda adicción, daños que pueden llegar a ser irreparables en su organismo. Es posible que desconozcan o que no respeten las medidas de seguridad que debe conllevar la realización de esta actividad.
Por todo ello es muy frecuente encontrar a personas que padecen tumores en la piel causados en la mayoría de los casos, por una exposición excesiva al sol.
El carcinoma vasocelular, que es el más común, suele aparecer hasta en un 99% de los casos en los que se encuentran las zonas que se exponen al sol directamente.
En un principio este tumor puede aparecer superficialmente pero con el paso del tiempo, puede llegar a desarrollarse por debajo de la piel, momento en el que es necesaria una consulta de tipo urgente con los especialistas.
Adictos a las camas solares
De igual manera que existen personas adictas a los rayos ultravioletas naturales, son muchas las que recurren a las camas solares que resultan muy cómodas y que pueden ser utilizadas en cualquier momento del día, e incluso logran conseguir un bronceado espectacular en muy pocos minutos.
Por ello es muy común que los usuarios de las camas solares se puedan llegar a convertir en unos futuros dependientes o adictos, ya que esta opción también conlleva problemas bastante serios tanto para la salud como para un envejecimiento prematuro de nuestra piel y por supuesto un aumento en las probabilidades de sufrir un cáncer de piel.
Los dermatólogos no recomiendan nunca este tipo de técnicas, aunque consideran que si se realizan de una manera esporádica, aproximadamente unas diez sesiones al año, dependiendo del color de la piel de cada persona o de los antecedentes familiares que sufran, no debería existir ningún riesgo para nuestra salud.