Un alojamiento que penetra en el mar: el Parador Nacional de Aiguablava

La Costa Brava es un trozo de litoral de una belleza imponente. Las azules y transparentes aguas de sus calas y playas, las montañas que se alzan majestuosamente junto a ellas, sus bruscos acantilados y zonas rocosas y sus extensos y hermosos pinares, forman una combinación perfecta para hacer de este lugar un verdadero paraíso. Un alojamiento que penetra en el mar: el Parador Nacional de Aiguablava Si a ello le sumamos el clima, el patrimonio artístico que ofrece la zona, sus alegres fiestas y la riqueza de su gastronomía basada en el fresco pescado y marisco cogido en sus aguas, se convierte en el lugar ideal para pasar unos días de vacaciones que no podremos olvidar.

Un buen alojamiento para que nuestra estancia sea perfecta puede ser el Parador Nacional de Aiguablava. Tanto por su enclave privilegiado y único, como por la calidad de sus instalaciones y de su cocina, añadiendo a esto el buen trato que dispensa el personal, es el lugar ideal para disfrutar al máximo de nuestra estancia.

El Parador de Aiguablava está rodeado de mar, situado en una pequeña península que penetra en las cristalinas aguas mediterráneas, y rodeado de hermosos pinares. Se asoma al mar permitiéndonos ver los rocosos acantilados y la pequeña calita donde, siguiendo un sendero que sale del alojamiento, podremos tomar el sol o bañarnos en sus quietas y transparentes aguas.

Sus habitaciones son cómodas, amplias, soleadas y perfectamente equipadas, y nos ofrecen unas vistas maravillosas. Las zonas comunes del hotel son acogedoras y están perfectamente decoradas, no se ha dejado escapar el más mínimo detalle.

Podremos descansar un rato en alguna de sus salas, mirando la televisión o leyendo un buen libro. O nadar un rato antes de comer en su fantástica piscina mientras contemplamos el mar. O pasar un rato poniéndonos en forma en su gimnasio o en su sauna.

El Parador tiene un restaurante que cuenta con una prestigiosa cocina, especializada en platos típicos del Ampurdán, la hermosa comarca donde se halla situado. Algunos de estos platos tradicionales son la fideuá, el mar y montaña (pollo con langostinos), la caldereta de pescado, los caracoles a la llauna (hechos encima de una especie de lata y acompañados normalmente con allioli o con otra salsa) o los erizos de mar, tan abundantes en esta agua.